El Gran Pacifista
La agresividad y el racismo son términos completamente opuestos a un pacifista. Sin embargo, algunos historiadores han relacionado estos términos cuando mencionan a Mahatma Gandhi, símbolo de la resistencia no violento y del movimiento de independencia de la India entre 1857 a 1947.
Mientras proclamaba su visión de un pluralismo religioso y pacifista, dejó morir a su cónyuge Kasturba Gandhi de pulmonía por su fanatismo ideológico, que pese a que tenía a la mano la penicilina para combatir la enfermedad no se la suministró, por el hecho de ser una medicina extranjera, que pacifista. Sin mencionar, lo que ya se encuentra en su biografía acerca de los constantes maltratos hacia su esposa y sus hijos. Entre ellos su mala relación con su hijo Harilal quien tenía una ideología islámica diferente a la de su padre, por lo cual Gandhi entre disputas le prohibió a sus demás familiares tener contacto con él.
Por otro lado, el gran pacifista causó escándalos por su sexualidad, era un pedófilo más, deseos que en nuestra sociedad se considera un delito. Aunque no tenían relaciones sexuales como tal, él tocaba a estas jóvenes eróticamente en las noches, compartían sus baños y la cama, así lo confirma el historiador Jad Adams en su obra `Gandhi: la ambición desnuda´, el cual creía que Gandhi: “esperaba que las mujeres lo estimularan sexualmente para poder demostrar su resistencia”.
También, uno de esas hipótesis sobre la sexualidad del pacifista es que era bisexual, se dice que en 1904 conoció al arquitecto y judío lituano, Hermann Kallenbach, que posteriormente viviría con él, entre sus cartas se decían cosas íntimas como “tomaste plenamente posesión de mi cuerpo”. Pero se podría decir que Gandhi tenía un tipo de sexualidad abierta con todos los que estaban a su alrededor, menos con su esposa y el mundo, ya que declaró en 1906 que realizaría el celibato o castidad junto con Kasturba Gandhi, que irónico.
Además, Gandhi en realidad fue racista con los sudafricanos, así lo expresó en `The Collected Works of Mahatma Gandhi´: “los negros sólo están un grado por encima de los animales”, así mismo decía que en las escuelas no se deberían mezclar los niños indios con los niños de color, quizás por eso se justifica su extraña amistad con Adolf Hitler, aunque no lo admiraba el trato en las cartas que le enviaba Gandhi si era extraño, ya que por medio de su extrema amabilidad con este personaje buscaba minimizar el derramamiento de sangre. Esta es una de esas cartas que no pudieron llegar a las manos del dictador, ya que fue impedido por el gobierno británico.
“Querido amigo,
Mis amigos me han estado insistiendo para que le escriba, por el bien de la humanidad. Pero me he resistido a su petición, debido a la sensación de que cualquier carta mía podría ser una impertinencia. Algo me dice que no debo ser tan calculador y que debo hacer mi petición porque en cualquier caso merecerá la pena. Está claro que usted es hoy la única persona en el mundo que puede evitar una guerra que podría reducir a la humanidad a un estado salvaje. ¿Estará dispuesto a pagar ese precio por un propósito cualquiera por muy digno que le parezca? ¿Escuchará la llamada de quien ha evitado deliberadamente el método de la guerra no sin considerable éxito? De cualquier manera espero su perdón, si he cometido un error al dirigirme a usted.
A su disposición.
Su sincero amigo.
Gandhi.”
Así fue como llegó a referirse a Hitler: “No considero a Hitler un ser tan malo como parece o representa. Él está mostrando una capacidad increíble y parece estar consiguiendo victorias sin demasiado derramamiento de sangre”.
¿Qué paradójico, verdad?, que paradójico el significado del nombre Mahatma, entregado por el poeta Rabindranath Tagore, durante 1914 en Sudáfrica. Este nombre `honorífico´ que hace referencia al alma, al grande y al padre de la nación, sin duda alguna merecido.
El punto está en que no he podido comprender porque el ser humano trata de idolatrar a otro llegando al punto de que el idolatrado no se considere humano, ya que está la concepción de que su capacidad va más allá de los límites del hombre, pero…¿porque se tiene este hábito de idolatrar a otros?, ¿acaso no son de carne y hueso como usted y yo?, quizás la superioridad le da éxtasis a estos dioses que posicionamos en alguna especie de trono.
Claro ahora entiendo el acto de canonización, por parte de la iglesia Católica, los cuales declaran santo a una persona fallecida que cumpla requisitos como, ser devoto, tener moral, plasmar en un libro ‘positio’ las acciones buenas durante su vida, incluidos los dos milagros que debe hacer antes y después de su beatificación, como es el caso de la Madre Teresa de Calcuta, Juan pablo ll y la Madre Laura Montoya.
El problema no es el hecho de verlos como un modelo a seguir, ya que sería una gran mentira decir que no, se destacaron por ser grandes líderes. El problema radica en que las masas juzgan quién es santo y quien no, También hay personas que idolatran a líderes malos, por ejemplo; Adolf Hitler, Iósif Stalin y Osama Bin Laden. Por lo que intuyo nuestras acciones públicas nos definen si somos santos o demonios, dentro de la sociedad. Pero no hay campo para la definición de humano, con errores y virtudes unas más que otras, las tienen, como nosotros.
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